Aunque la frase popular en cuestión tuvo su mayor apoteosis sobre los años sesenta, setenta, hoy esta , ciertamente ,trasnochada. Y no porque se hayan extinguido los hombres que se queden en casa solos mientras sus mujeres aprovechan unos días de vacaciones fuera del hogar común. La frase ha perdido pistonada pues los hombres de hoy, los “rodriguez” de esta época son bastante distintos a los de aquellas.
Quede bien claro que los hombres de ayer eran distintos en cuanto a su utilidad en las tareas , digamos, de casa a los de hoy porque las circunstancias también eran y son diferentes. Los maridos, para concretar, de antaño , ya habían mamado y proclamado de sus antecesores que eran inútiles totales para cualquier trabajo en casa.
Los maridos, compañeros de las mujeres de hoy han tenido que dejar , no sin cierta lentitud, lo aprendido de sus progenitores y, no sin reparos, aclimatarse a las circunstancias de hoy: la mujer trabaja también fuera de casa, ingresa dinero a las arcas familiares y debe ser tratada con igualdad.
Una igualdad que no parece sea “fifti-fifti” en las mayoría de casos pero que, en algunos, se acerca bastante. Bien es cierto que no podemos competir con ellas en el llamado “instinto” materno. Es obvio. Aunque, estoy convencido, que si llegara el caso, tampoco nos dejarían.
Toda esta “cháchara” viene al caso pues, amigos míos, llevo ya unos días de “Rodriguez” y la verdad es que me manejo bastante bien en casa pero, aun, hay algunos utensilios que se me resisten.
Por ejemplo las escobas esas eléctricas, vamos las aspiradoras. O igual es que todavía no he avanzado tanto como yo mismo creía. Que tengáis un feliz fin de semana. Ah, casi se me olvida...que el Barça gane hoy su primer titulo¡¡¡