lunes, 5 de abril de 2010

QUE QUERIAMOS SER DE NIÑOS

Alguna vez nos hemos hecho esta pregunta?. Yo, si. Y ustedes también por supuesto. Y la verdad es que,- por mucho que lo pienso-, no consigo acordarme con certeza. A ver, de muy pequeño, fui al parvulario de las monjas. Claro, mi hermana venia también. Y no se que añitos tendríamos así de renacuajos pero, íbamos y veníamos solos por la acera. Vivíamos por aquel entonces en Manresa.

Desde casa, sin bajar de la acera, íbamos al cole. Y viceversa. Recuerdo, -ahora sin ningun prejuicio-, que, alguna vez, tenia que salir corriendo pues algo se me había escapado del culete y quedado en el calzoncillo. No recuerdo si, encima, mi madre me regañaba o que.

Ella, -mi madre-, dice que yo de pequeño, quería ser cura de mayor. Y mi hermana monja, vaya. Pero no lo recuerdo exactamente. Por mas que hurgo en mi interior. Tampoco me extrañaría pues al ir a un colegio de La Salle donde la mayoría de maestros eran Hermanos se te podía pegar lo del “habito”. Lo que si se te “pegaba” muchas veces , -que caray-, era un buen cachete. Y, también, una buena puntada con un “regle”. El mas animal, con perdón, era el “profe” (Seglar) de latín. Era un puro sádico que se diría hoy día. El “regle” con que nos atizaba, -por fallar en una declinación-, era cuadradito. !Y dolía...!!. La “justicia” llegaría un par de años mas tarde cuando un compañero de clase de la época, le atizo tal puñetazo que lo arrincono bien contra la pared. De allí se le quitarían las ganas, para siempre, de volver con sus abusivos “sistemas” educativos.

Pero siguiendo con el tema, me gustaba mucho jugar al ajedrez. Quizás entonces quise se ajedrecista. No que seguro no quise ser fue futbolista. No crecí “cachas”, y con aquellas pelotas, -hoy de balonmano-, hechas , rellenas de trapos, las “palizas” que recibía mi cuerpecito eran para llorar. Borrado pues lo de futuro futbolista tampoco iba yo para baloncestista. Era obvio. Y entonces me dio por jugar a tenis. Seguro que, también, quise ser tenista. Lo del tenis era mas tranquilo. Los pelotazos los veías llegar a distancia e incluso, podías esquivarlos.

Ni soy ajedrecista, ni soy tenista, -aunque si fui un gran aficionado “amateur”, en buena parte de mi vida laboral. Para apaciaguar el estrés de trabajar sentado cara a un ordenador. Ah, y , por supuesto, no fui cura. Estoy casado, aun, con cuatro hijos y siete nietos. Aunque por lo que dicen los periódicos, algunos curas también han tenido hijos. Vaya, que no hay manera de acordarme de que quería ser yo de mayor cuando era pequeño.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Ay...pero qué hermanitoss tan guapos¡!!! Ya sabemos de dónde han sacado los nietos correspondientes la guapura.

Creo que de pequeños todos queremos ser un poco de todo...Lo importante es tenerlo claro cuando llega la hora de escoger un camino u otro. Y, aunque hay gente que lo tiene claro desde el principio, es difícil para otros (quizás por la juventud o inmadurez)ser consciente de la importancia de tal decisión. Debe ser muy bonito trabajar por vocación. Es algo que tengo claro que inculcaré a mis hijos. Estaré ahí para orientarles...si me dejan.

En mi caso, por lo menos una de las cosas que quería, se ha cumplido: ser mamá y tener una familia!

Quizás nunca es tarde para plantearse que quiere ser uno de mayor...Y yo de mayor quiero ser... feliz¡!

Unknown dijo...

Hola Toni, pues si que estás nostálgico! Yo también me acuerdo de cosas de cuando éramos pequeños. Algún día me decidiré a escribirlo pero dudo que lo haga tan bién como tú.

Un beso.