jueves, 15 de abril de 2010

ALUMBRAMIENTO


Amigos, agradecidos seguidores, por fin he conseguido terminar el séptimo ejercicio de mi Taller de Escritura Creativa. El Tema semanal: La acción y el tiempo.Hemos mezclado un hecho histórico intercalando otro cercano. Espero que os guste. Gracias.

Recuerdo como muy especial y emotivo el mes de Enero de 1.976. Moría la escritora Agatha Christie a la edad de 85 años. Y nacía, el día 29, mi cuarto hijo, Pablo. Un varón. Hasta entonces Dios nos había regalado tres hembras, Ana, Elena y Montserrat.

Fue en nuestra época en Palma de Mallorca-mi esposa es isleña, de Menorca - donde vinieron al mundo esas maravillosas criaturas. Y no llegaron, una tras otra, porque fuéramos en busca del varón, no. Solo sucedió. De novios ni si quiera creo que nos planteáramos tener o no hijos. Eran otros tiempos.

Menudo problema el tema de ponerle nombre a los hijos. Todo el mundo-especialmente mi madre- daba el suyo. En realidad fuimos condescendientes con ella y-en el Registro Civil- constan las dos primeras como Ana María y María Elena. Con la tercera no hubo mas que hablar: Montserrat porque a mi me gustaba. Y punto. La historia del varón tiene su aparte. Cuando nacieron las niñas, en La Clínica Rotger de Palma, -cuando Ana- quise entrar en la sala de partos pero las monjas que dirigían la “operación” no me dieron permiso. Y cuando nació Montse me dejaban entrar pero yo no me atreví. Eso si ,tampoco me aviso de la buena nueva, como las anteriores veces, la comadrona. Tuvo que ser la monja supervisora quien me lo comunicase ….

El Señor ha querido que sea otra niña!

Y la venida a este mundo de Pablo -fue ya cuando residíamos en Barcelona- si tuvo su nota especial pues la comadrona me obligo a estar en el parto con mi mujer. Y cogiéndole la mano llego el instante en que vi nacer a nuestro hijo varón. No pude reprimir unas lágrimas de emoción. Las circunstancias me habían superado. Yo siempre tuve un cierto canguelo a que llegara el momento en cuestión. El de estar en el parto. Mi mujer también estaba contenta. Al principio de saber que volvía a estar embarazada, el mundo se le cayó encima. Subir a tres criaturas ya era tarea ardua. Y otra, no sabia como se las podría apañar. Pero al ver la carita del niño dio por bien empleado todo el esfuerzo realizado.

A ella se le multiplico el trabajo en la casa y a mi, fuera. Ya no quedaron demasiadas ocasiones para volver con los libros de Agatha Christie, una de mis grandes pasiones. De joven me aficione a esos relatos en que Hércules Poirot y Miss Marple hacían maravillas para descubrir a los malos. Y tal afición me vino gracias a mis tías Juana y Pili que fueron dueñas de un pequeño taller de encuadernación de libros. Allí pase algunos veranos ,en mi adolescencia, aprendiendo el oficio. Mejor diría, medio aprendiendo. Y mis tías, ambas solteras, me mimaban y me obsequiaban con ejemplares, de los que tenían alguna tara y no se podían enviar a los editores, de la insigne escritora.
Creo que pocos ejemplares me faltan para tener la colección completa.

2 comentarios:

Unknown dijo...

¡Qué bonito relato!
Y despúes de tres princesas...¡llegó el REY! :-)

Agatha Christie...de adolescente también me hice adicta a Miss Marple y Poirot. "Els testos se semblen a les olles"

Anónimo dijo...

El tema muy adecuado con una hija comadrona!y además formo parte de la historia...he viajado en el tiempo.Mua