jueves, 22 de abril de 2010

UNA DE LA MILI

Amigos y seguidores, ya estoy otra vez aquí. La octava entrega de mis trabajos de Escritura mezcla en su temario conflictos y cambios. Y nos trasladamos a épocas pasadas como podréis ver por la foto.


Fue en Es Castell ,Menorca, en el Cuartel de Ingenieros. Acabábamos de llegar Peter (en realidad su nombre era Pedro), Fernando y yo, procedentes de Palma de Mallorca. Ultimo trayecto en nuestro Servicio Militar. La llegada fue triste. Las paredes del cuartel, blanquecinas, lúgubres, no presagiaban nada bueno. Sobre todo por la mala fama del cercano Cuartel-Penal de La Mola.

Pero como creíamos que nuestro espíritu aventurero podría con todo, llegamos decididos a que el nuevo destino y sus perspectivas, no de forma negativa en nuestro futuro próximo. Por ello, en nuestro macuto militar no olvidamos meter la ropa de paisano. Peter, un par de centímetros mas bajo que yo aunque mas ancho, lucia, en esas escapaditas a hurtadillas, una chaqueta de pana verde que yo peleaba por llevar prestada.

Nuestra ubicación en el cuartel fue en la estancia superior, donde estaba situada la centralita telefónica y todas las herramientas que utilizaríamos en el trabajo que nos habían asignado, y que consistía en instalar y reparar el tendido telefónico militar en los campos vecinos. Nuestras caminatas, poste de madera de pino, al hombro, por los predios colindantes, eran habituales.

Una vez bien estudiada la situación, esperamos la primera oportunidad para hacer una de nuestras salidas. La primera pareció resolverse conforme a nuestros intereses. Salimos del cuartel , vestidos de paisano – cosa que estaba prohibida - por la puerta principal. Pero nuestra suerte no duró mucho. Los demás soldados enseguida dieron cuenta a la Superioridad de tal circunstancia. Por lo que pasamos al plan B. Salir por la noche, a escondidas, y saltando la tapia del cuartel por el lugar menos vigilado.

Y lo hicimos el día de la Fiesta Mayor de Es Castell. Justamente plantaron la carpa, con los músicos, en la plaza que teníamos enfrente. Alegremente, sin pensar en consecuencia ninguna, nos dirigimos, con nuestras mejores ropas -yo con la chaqueta de pana verde prestada por mi amigo Peter, que creía me daba un porte mas interesante, hacia el entoldado. Intentamos bailar con alguna joven “nativa” las melodías que sonaban. Fue bastante difícil. Pero mi amigo Peter lo consiguió. Con tan mala fortuna que su joven pareja de baile resulto ser ni mas ni menos que la hermana de nuestro superior inmediato, el Cabo Primero Pons, un menorquín del mismo Es Castell.

Al final la emocionante aventura se quedó en en un arresto que dio con mis huesos en el calabozo. No sé todavía el porqué Peter y Fernando escaparon al castigo. Los quince días que pasé en la “preve”, así le llamábamos popularmente, fueron un agobio. Durante el día cumplía con mis oblaciones como oficinista en el Destacamento y por las noches dormía en esas cuatro paredes que hacían las veces de cárcel. Una litera y un lavabo eran todo el mobiliario de tal habitáculo. Muy deprimente. Y además, mientras duró el castigo, nada de salir a la calle ni recibir visitas. Claro que lo de las visitas era poco importante pues no habíamos tenido ocasión para relacionarnos.

Transcurrido el castigo y con la vuelta a la normalidad, el problema seguía siendo como salir del cuartel con la ropa de paisano. Estaba claro que vestidos de militar las posibilidades de conocer chicas de la isla eran remotas por no decir nulas. Pero, con la llegada del nuevo teniente que comandaría el destacamento, de pronto todo cambió. El recién llegado mando venia con las ideas muy claras respecto a como reinventar nuestras instalaciones. Enseguida hice migas con él gracias al fútbol. Nacido en Zaragoza el teniente tenia un sobrino que jugaba en el equipo maño de la primera división . Por el tema de la pelota le caí bien cuando le explique mis “pinitos” de reportero. Le hablé del F.C. Barcelona y de todos los jugadores que llegué a entrevistar.

Más tarde la suerte vino, para todos los compañeros, cuando se le ocurrió renovar la oficina. Suelo,azulejos, pintura. Ninguno de nosotros tenia aptitudes para dirigir las obras por lo que el teniente pidió refuerzos a Palma de Mallorca. Vinieron Luis y Manuel, ya veteranos. El primero paleta y el segundo electricista. Y nos pusimos manos a la obra. Peter, Fernando y yo, de peones. Nunca jamás se me habían llenado las manos de callos como en aquellos días. Otro tormento era manejar la carretilla llena de esa mezcla con cemento y arena. Creo que adelgacé cuatro quilos. Pero vendría la recompensa. Y en la forma que nunca imaginamos. El teniente nos concedió unos pases, que se llamaban de pernocta, para los fines de semana.

¡Podríamos salir los sábados y domingos vestidos de paisano!. Nuestro porvenir pasó, de un plumazo, de negro a blanco. Yo seguí en la oficina encargándome de todo el papeleo del destacamento. Peter fue nombrado furriel, encargado de todos los materiales e indumentarias. Fernando y los recién llegados veteranos pasaron a realizar el trabajo de campo, el reparar las abundantes líneas telefónicas militares de la zona.

Volvimos pues a salir y relacionarnos por la isla. Peter era el que tenia mas gancho con las chicas. Era muy simpático y tenia una sonrisa cautivadora. Y yo disfrutaba, algunas veces, de su preciosa chaqueta de pana verde que imaginaba me hacia mas interesante. Así los tres meses que nos quedaban para regresar a casa se nos hicieron mas llevaderos. Alguno de los chicos, incluso se fue a casa dejando novia en la isla.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué gamberro!ya se a quién han salido los nietos.
Por cierto, a ver cuando te animas con una historia inventada, que al final vamos a conocer todos tus secretos, je, je ( aunque me encanta! )besitos: Mont

Unknown dijo...

Algunos de dejaron a la novia y en la isla...y otros se la llevaron...para 40 años!

Fr1nc2sc X1v32r G1rr3g1 dijo...

De "batalletes" de la mili se'n pot treure molt de suc. Espero que hi afegiràs més capítols tant o més sucosos... Recordo les vostres entremaliadures a s'explanada, quan tractaveu de cridar l'atenció de les "nostres" germanes, cosines... i elles bavaven per sortir amb un soldat! Ho recordo molt bé!
Xavier

Sanjos dijo...

Estaremos encantados que nos visites en www.cir14.foroactivo.com

Un saludo.